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IHUATZIO - Concha de Vulva y el simbolismo tarasca

 

En la ribera del lago de Pátzcuaro que tiene una larga historia en cuanto a la cultura tarasca, respectivamente purépecha, en tiempos prehispánicos se adoraba principalmente a la diosa Luna llamada XARATANGA y a los dioses del agua Celeste, los Tiripemencha, quienes, según su creencia, les daban de comer.

 

 

Apreciando los símbolos de la fachada de la Iglesia de San Francisco de Asis en el pueblo de Ihuatzio hay que tener en presente que la arquitectura sacral en México por la mayoría es un espejo del sincretisismo que unió y fusionó a dos sistemas religiosos: el católico y la cosmovisión de los antiguos pueblos, en el caso concreto, la cosmovisión tarasca o purépecha. 

 

 

 

Aquí vemos la puerta al dentro de la iglesia que en su parte superior esta formada por un arco de medio punto que es por así decirlo un „prototípo“ del susodicho sincretisismo y puede ser considerada cómo la entrada al mundo del paraíso, es decir el Tlalocán.

 

 

 

 

 

Ostenta unos elementos relacionados tanto con el dios del Auga Celeste cómo con el lago ( de Pátzcuaro) que era considerado cómo entrada a dicho paraíso.

Este paraíso es el lugar de los peces, patos y garzas, que no sólo son represetnaciónes sino también se los puede considerar cómo ofrendas a la diosa del mantenimiento, la diosa de la luna nueva, Xaratanga.

Dicha Xaratanga tiene varias capazidades, entre ellas podía esconder a los peces en los lagos, de forma que los pescadores no pudieran encontrarlos, además podía tomar la forma de un coyote.

Esta capacidad suya se expresa por el coyote en la fachada, que está volteando su cabeza a ver a los pescadores que no encuentran a los peces que están escondidos atrás de la canoa. 

 

 

 

 

 

Varias palmeras a la altura de los arranques del arco y a los lados del alfiz, también nos indica la relación con el paraíso tarasco, dónde existía toda clase de vegetación.

 

 

 

 

 

Debajo de las palmeras hay dos roleos que envuelven un círculo en cuyo interior aparece una flor de seis pétalos. Estas figuras son lágrimas que simbolizan la lluvia „que cae del cielo“.

Además, colocadas a ambos lados del arco, vemos conchas, símbolo de la creación, del nacimiento, fertilidad y procreación. Lo que particularmente despertaba mi atención y señal obvio de la fertilidad es la vulva estilizada que se encuentra en el centro de la parte inferior!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La luna tiene una cara blanca que está volteando hacía el sol, el cual está formado por una cara de color rojo, por ser el dios Curicaheri, rodeado por ocho rayos ondulados en color amarillo y la orilla roja. 

 

 

La figura más destacada se encuentra en la parta alta del campanario, es un coyote de piedra, y cómo me ha asegurado un lugareño, de orígen prehispánico.

 

 

 

 

Hace referencia al significado en p`urépecha de Ihuatzio - „lugar de los coyotes“ y otra interpretación lo relaciona con Uitzume, el „perro del agua“ que guíaba hacía el paraíso a los que se ahogaban en el lago.

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